Las estatuas
En medio de la plaza hay dos estatuas representando un chico y una chica desnudos. Un día se les acerca Dios y les dice:
- Veo que lleváis 200 años juntos. Sois unas buenas estatuas y os concederé un deseo.
A la vez contestan las dos estatuas:
- ¡Queremos ser humanos!
Y Dios, les dice:
- Así sea, aunque sólo podrá ser durante diez minutos. Aprovechad el tiempo.
A la que las estatuas son humanas, se bajan del pedestal y se van detrás de unos matorrales, donde se empiezan a oír ruidos.
- ¡Ohhh! ¡Sí, sí! ¡Así, sigue, no pares! ¡Cómo me gusta!
Pasan cinco minutos, y Dios se acerca y les dice:
- Venga, espabilad, que os quedan cinco minutos sólo.
Y detrás de los arbustos se oye a la estatua femenina que dice:
- Venga, ¿has oído?. Ahora me toca a mí. Tú sujetas a la paloma y yo me cago en ella
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